martes, 7 de junio de 2011




Articulo recogido de la revista "Adolescentes"

 
¿¿¿POR QUÉ DISCUTIMOS TANTO ???
 
El inicio de la adolescencia puede suponer un empeoramiento de las relaciones familiares, siendo frecuentes los conflictos y discusiones. A menudo, la buena comunicación, las bromas, los besos y los abrazos de la niñez se transforman en regañinas, malas caras y discusiones subidas de tono. Afortunadamente, en la mayoría de los casos esta situación no durará mucho y las relaciones tenderán a normalizarse según vaya transcurriendo la adolescencia.

 Aunque en algunas familias las relaciones entre madres y padres y sus hijas e hijos siguen siendo afectuosas y cercanas durante la adolescencia, muchas de vosotras y vosotros habréis notado un empeoramiento de estas relaciones con la llegada de la pubertad.
Incluso las familias que tenían buenas relaciones podrán experimentar una ruptura de la comunicación y un incremento de las disputas entre la madre o el padre y sus hijas e hijos. Los conflictos que aparecen no tienen porque ser demasiado graves, y suelen estar relacionados con aspectos de la vida cotidiana como la hora de volver a casa, el tiempo que dedican al estudio o la forma de vestir. Pero no hay que quitarle importancia al impacto emocional que estos conflictos pueden tener sobre los progenitores, ya que cuando se producen con mucha frecuencia pueden tener un efecto acumulativo y provocar mucho estrés.
Las razones de este aumento de la conflictividad son variadas. En primer lugar, hay que señalar la importancia que tienen los cambios en la forma de pensar de chicos y chicas, que les va a permitir ser más críticos con las normas y las regulaciones familiares.
Ahora, estas normas serán cuestionadas por muchos/as adolescentes en su búsqueda de una mayor autonomía y capacidad para influir en las decisiones familiares. Además, estas nuevas capacidades intelectuales les permitirán emplear en sus discusiones argumentos cada vez más sólidos y convincentes, lo que puede pillaros por sorpresa y generaros mucha irritación. También debéis tener en cuenta que, durante los primeros años de la adolescencia, chicas y chicos necesitarán distanciarse en cierta forma de madres y padres para convertirse en personas adultas y autónomas.
Ese proceso de separación o “desenamoramiento” se verá favorecido por la sustitución de la imagen idealizada de los progenitores -al igual que la que los enamorados tienen de su pareja- por una más realista en la que los defectos estarán presentes. Hay que tener en cuenta que una buena manera de romper una relación afectiva y superar la dependencia emocional respecto a una persona, es buscarle defectos, que será lo que vuestra hija o hijo empezará a hacer con vosotras y vosotros. Pero no os preocupéis, es un proceso normal que desembocará en que tenga una imagen más realista de su madre y de su padre.

¿Cómo afectan los cambios en su forma de pensar a la relación de la o el adolescente con su madre y su padre?

El aumento de las capacidades cognitivas de chicas y chicos durante la adolescencia, tiene diferentes implicaciones en las relaciones que mantienen con su madre y su padre. Por un lado, la capacidad de integrar diferentes puntos de vista le permite ver a sus madres y padres de una forma menos idealizada y más realista, aceptando tanto sus características positivas como las negativas. Por otro lado, y al entender que la realidad es sólo una forma más de lo posible, son capaces de cuestionar las normas y la jurisdicción familiar y social, aspectos impensables durante la infancia, cuando niñas y niños aceptan las reglas porque sí, y porque es la única forma de funcionamiento que conocen. Finalmente, y debido al aumento de las habilidades de resolución de problemas, los y las jóvenes son capaces de discutir empleando mejores argumentos y generando nuevas alternativas.
Tienen además mayor capacidad de negociación, y exigen a sus madres y padres más peso en la toma de decisiones familiares. En un principio estos nuevos elementos pueden provocan roces y enfrentamientos entre los y las adolescentes y unas madres y padres que perciben cómo sus hijos e hijas les exigen relaciones más igualitarias.


<<< Si queréis llevaros bien...
                             algunos consejos ante las discusiones   >>>

* Que vuestra hija o hijo                          * Escuchad los argumentos               * Aunque en muchas ocasiones
se vuelva algo más rebelde                         y razones de vuestro hijo/a,               os resulte difícil, procurad
y discuta con vosotros y                             ya que es probable que                       reaccionar con tranquilidad y sin
vosotras eso es una señal                            muchas veces tenga razón.                 perder  los nervios. Las reacciones
de que está madurando y                                                                                             muy emocionales y subidas de tono
haciéndose mayor. No siempre                                                                                   no harán otra cosa que empeorar la
debéis considerar sus reacciones                                                                                situación.
como una falta de respeto o un                               
 intento de haceros daño.

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